Mensaje del Papa en la Jornada Mundial de la Paz: no hay paz sin una "cultura del cuidado"

El texto original fue publicado en MECC el 30 de diciembre de 2020. Traducción y publicación por maronitas.org con la autorización expresa y petición de The Middle East Council of Churches.

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En su mensaje para el Día Mundial de la Paz de la Iglesia Católica, el Papa Francisco hace un llamamiento a la comunidad internacional y a cada individuo para que fomenten una "cultura del cuidado" avanzando por el "camino de la fraternidad, de la justicia y de la paz entre los individuos, las comunidades, los pueblos y las naciones".

"No puede haber paz sin una cultura del cuidado", el Papa subraya en su mensaje para la 54ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2021, y que fue publicado por el Vaticano el jueves.

El Santo Padre pide "un compromiso común, solidario e inclusivo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos, una voluntad de mostrar cuidado y compasión, de trabajar por la reconciliación y la curación, y de avanzar en el respeto y la aceptación mutua". En esta tarea, el Papa Francisco ofrece los principios de la doctrina social de la Iglesia como una brújula en el camino hacia la paz.

Establecido por el Papa San Pablo VI en 1967, el primer Día Mundial de la Paz se celebró el 1 de enero de 1968. En el día de Año Nuevo, la Iglesia también celebra la solemne fiesta de María, Madre de Dios.

"Una cultura de la atención como camino hacia la paz" es el tema del mensaje del Papa, dirigido a los jefes de Estado y de gobierno, a los dirigentes de las organizaciones internacionales, a los líderes espirituales y a los seguidores de las diferentes religiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad.

Lecciones de la pandemia

El Papa Francisco comienza su mensaje señalando cómo la "masiva crisis sanitaria del Covid-19" ha agravado crisis profundamente interrelacionadas como las del clima, la alimentación, la economía y la migración, causando gran dolor y sufrimiento a muchos. Aprovecha la ocasión para hacer un llamamiento a los dirigentes políticos y al sector privado para que no escatimen esfuerzos a fin de garantizar el acceso a las vacunas Covid-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para atender a los enfermos, los pobres y los más vulnerables.

Junto con la pandemia, el Papa también observa un aumento de diversas formas de nacionalismo, racismo y xenofobia, y guerras y conflictos que sólo traen consigo muerte y destrucción. Estos y otros acontecimientos del año 2020, dice, han puesto de relieve la importancia de cuidarnos unos a otros y de la creación en nuestros esfuerzos por construir una sociedad más fraternal. Por lo tanto, "Una cultura de la atención como camino hacia la paz" es una "forma de combatir la cultura de la indiferencia, el despilfarro y la confrontación tan extendida en nuestro tiempo", dice.

Evolución de la Cultura del Cuidado de la Iglesia

El Santo Padre traza la evolución de la Cultura del Cuidado de la Iglesia desde el primer libro de la Biblia hasta Jesús, a través de la Iglesia primitiva hasta nuestros tiempos.

Después de la creación del mundo, Dios se lo confía a Adán para "labrarlo y guardarlo". La respuesta de Caín a Dios - "¿Soy yo el guardián de mi hermano?" - después de matar a su hermano, Abel, es un recordatorio de que todos nosotros somos guardianes los unos de los otros. La protección de Dios a Caín, a pesar de su crimen, confirma la inviolable dignidad de la persona creada a imagen y semejanza de Dios. Más tarde, la institución del Sabbath tuvo como objetivo restaurar el orden social y la preocupación por los pobres, mientras que el año jubilar proporcionó un respiro para la tierra, los esclavos y los deudores. Todo esto, dice el Papa, muestra que "todo está interconectado, y que el cuidado genuino de nuestras propias vidas y nuestra relación con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás".

El amor del Padre por la humanidad, dice el Papa, encuentra su revelación suprema en Jesús, que pide a sus discípulos que hagan lo mismo. Los primeros cristianos siguieron a Jesús compartiendo lo que tenían y cuidando de los necesitados, haciendo así de su comunidad un hogar acogedor.

Hoy en día, la Iglesia tiene "muchas instituciones para el alivio de cada necesidad humana: hospitales, hogares para pobres, orfanatos, casas de huérfanos, refugios para viajeros..."

 

La doctrina social de la Iglesia - una 'gramática' de la atención

Esta cultura de cuidado de la Iglesia, enriquecida por la reflexión de los Padres y la caridad de luminosos testigos de la fe, continúa el Papa, se convirtió en el "corazón palpitante de la doctrina social de la Iglesia". Esto, dice, puede servir como una "gramática" de cuidado: el compromiso de promover la dignidad de cada persona humana, la solidaridad con los pobres y vulnerables, la búsqueda del bien común y la preocupación por la protección de la creación".

El concepto cristiano de la persona, dice el Papa, fomenta la búsqueda de un desarrollo humano completo. "La persona siempre significa relación, no individualismo; afirma inclusión, no exclusión; dignidad única e inviolable, no explotación". "Cada persona humana es un fin en sí misma, y nunca simplemente un medio para ser valorado sólo por su utilidad".

Según la "brújula" de los principios sociales de la Iglesia, cada aspecto de la vida social, política y económica alcanza su fin más pleno cuando se pone al servicio del bien común, lo que permite a las personas alcanzar su realización más plena y fácilmente.

A este respecto, dice el Papa, la pandemia de Covid-19 ha revelado que todos nosotros, frágiles y desorientados, estamos en el mismo barco. Todos estamos llamados a remar juntos", ya que "nadie alcanza la salvación por sí mismo".

Los principios sociales de la Iglesia también nos instan a concretar la solidaridad con los demás porque todos somos realmente responsables de todos. También hizo hincapié en la interconexión de toda la creación, como señala su Encíclica Laudato si.

Esto resalta la necesidad de escuchar el grito de nuestros hermanos y hermanas necesitados, y el grito de nuestra tierra común y cuidar de ellos. 

"Un sentido de profunda comunión con el resto de la naturaleza no puede ser auténtico si a nuestros corazones les falta ternura, compasión y preocupación por nuestros semejantes", dice el Papa, citando su encíclica. 

"La paz, la justicia y el cuidado de la creación son tres cuestiones intrínsecamente conectadas, que no pueden ser separadas." 

 

La doctrina social de la Iglesia - una "brújula" 

Frente a nuestra cultura de usar y tirar, con sus crecientes desigualdades tanto dentro de las naciones como entre ellas, el Papa Francisco insta a los líderes de los gobiernos, y a los de las organizaciones internacionales, líderes de negocios, científicos, comunicadores y educadores, a asumir los principios de la doctrina social de la Iglesia como una "brújula". Es capaz de señalar una dirección común y asegurar "un futuro más humano" en el proceso de globalización. También hace un llamamiento a todos para que tomen en sus manos esta brújula y trabajen para superar las numerosas desigualdades sociales existentes.

Es necesario respetar el derecho humanitario, especialmente en situaciones de conflicto y guerra, que causan enormes sufrimientos a los niños, hombres y mujeres. En lugar de considerar los conflictos como algo normal, dice el Papa, necesitamos convertir nuestros corazones y formas de pensar para trabajar por una verdadera paz en solidaridad y fraternidad.

Las armas y la paz

A este respecto, el Papa pide que los recursos gastados en armas, especialmente en armas nucleares, se utilicen para prioridades como la seguridad de las personas, la promoción de la paz y el desarrollo humano integral, la lucha contra la pobreza y la prestación de atención sanitaria. Dice que sería una decisión valiente "establecer un 'Fondo Mundial' con el dinero gastado en armas y otros gastos militares, para eliminar permanentemente el hambre y contribuir al desarrollo de los países más pobres".

 

Educar para la paz

La promoción de una cultura del cuidado requiere un proceso de educación, dice el Papa.

Esto comienza en la familia, donde aprendemos a vivir y a relacionarnos con los demás en un espíritu de respeto mutuo. Las escuelas y universidades, los medios de comunicación, así como las religiones y los líderes religiosos están llamados a transmitir un sistema de valores basado en el reconocimiento de la dignidad de cada persona, cada comunidad lingüística, étnica y religiosa y cada pueblo.

"En un momento como éste, en el que la barca de la humanidad, sacudida por la tormenta de la crisis actual, lucha por avanzar hacia un horizonte más tranquilo y sereno", dice el Pontífice, "el ‘timón’ de la dignidad humana y la ‘brújula’ de los principios sociales fundamentales pueden permitirnos juntos seguir un rumbo seguro".

El Papa Francisco concluye su mensaje, instando: "nunca cedamos a la tentación de desatender a los demás, especialmente a los más necesitados, y de mirar hacia otro lado. En su lugar, que nos esforcemos diariamente, de manera concreta y práctica, para formar una comunidad compuesta de hermanos y hermanas que se acepten y cuiden unos a otros”.

 

Fuente: https://bit.ly/3aSlhHX

Mensaje completo del papa: https://bit.ly/2LlPd4p

 

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