Mensajes del Papa Francisco a los pueblos del Levante
El texto original fue publicado en MECC el 10 de marzo de 2021. Traducción y publicación por maronitas.org con la autorización expresa y petición de The Middle East Council of Churches.
Dr. Michel E. Abs
Secretario General del Consejo de Iglesias del Oriente Medio
Ignorando su dolor, el Pontífice de ochenta y cinco años fue a visitar una región muy querida para él, considerada la cuna de su fe, sin importarle los obstáculos de la enfermedad, la seguridad o las desuniones.
Desde la altura de su posición, el Sumo Pontífice miró a un pueblo muerto por las divisiones y a los creyentes dispersos por las guerras en todas las partes del mundo, y les dijo «Aquí vengo en peregrinación hacia ustedes, donde están, para fortalecerlos y apoyarlos en los momentos difíciles que atraviesan».
La visita de peregrinación que el Papa Francisco hizo al pueblo de Irak, el pueblo del legado y la tradición, tendrá repercusiones y ecos durante generaciones, tanto en nuestra región como en el mundo, especialmente cuando la complete, como prometió —y él cumple sus promesas—, con una visita al Líbano.
Los efectos de esta visita histórica se deben a los mensajes, los símbolos y las enseñanzas que lleva consigo.
El primer mensaje es el de «superar las propias heridas» para curar las heridas de la humanidad en un camino de abnegación y entrega ilimitada.
El segundo mensaje es sobre la igualdad entre las personas, ya que visitó a los grandes y a los humildes, a los influyentes y a los menos influyentes, sin discriminación ni preferencia.
El tercer mensaje es que no hay lugar para la reconciliación entre las personas, entre los miembros de una misma comunidad, así como a nivel de la comunidad humana, ya que Su Santidad se reunió con los hijos de todas las religiones presentes en Mesopotamia, independientemente de sus creencias, sin discriminación ni preferencia.
El cuarto mensaje dice que con la fe y el amor transformamos la destrucción en construcción y el desierto en comunidad, y restauramos la armonía y el resplandor de una vida social unificada.
El quinto mensaje dice que es posible la reconciliación entre los hijos de un mismo pueblo, ya que el amor es la clave de todo lo que es bueno y útil y es, por tanto, la base de todo progreso y prosperidad.
Estos mensajes no pueden transmitirse sin consecuencias. ¡Ese es el camino!
Si no sintiéramos que estos mensajes, en su simbolismo y en su contenido, son desafíos y un camino, entonces nos habríamos extraviado.
Las iglesias, así como la sociedad levantina con todos sus componentes, deben saber aprender del tesoro que estos mensajes conllevan para su vida y su futuro, que el venerable Pontífice les confió en su abundante amor en el sacrificio.
Debemos estar seguros de que un acontecimiento de este tipo constituirá el inicio de un amplio diálogo para el cambio cultural, no sólo a nivel de las élites, sino también a nivel de las bases, cuyos detalles han sido comunicados por los medios de comunicación con todos sus procesos esperados.
Para el futuro de Irak, esta peregrinación, realizada por el Papa Francisco, constituirá el punto de partida para establecer nuevos medios y métodos de interacción entre los grupos religiosos, étnicos y sociales que conforman el Irak moderno. Este trascendental acontecimiento debe ser el inicio de un nuevo contrato social que el cristianismo oriental propone a sus sociedades para un mañana mejor.
Nosotros, en el Consejo de Iglesias del Oriente Medio, hemos captado plenamente el mensaje, hemos entendido su esencia y vamos a construir sobre él.